Luego del avance del proyecto de ley que pretende eliminar la UF, en la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados, varios cuestionamientos se han hecho a la iniciativa. Principalmente por los efectos que puede provocar en el acceso a créditos hipotecarios para comprar viviendas.
¿Por qué la UF se utiliza en prácticamente todos los créditos de largo plazo?
- Protege a ambas partes contra la inflación. La UF se reajusta diariamente según el IPC, por lo que mantiene constante el “valor real” del dividendo: el banco no pierde poder adquisitivo y el deudor no ve encarecida su cuota en términos reales cuando suben los precios. Este mecanismo se implantó tras la crisis de 1982 y permitió reactivar el mercado financiero chileno en un entorno de inflación crónica.
- Viabiliza los plazos extensos y tasas más bajas. Sin un indexador, las instituciones financieras deben cubrirse del riesgo inflacionario cargando todo ese riesgo en la tasa nominal o acortando los plazos. La UF, en cambio, posibilita créditos hipotecarios de 20–30 años a tasas reales de 2 %–4 %, inalcanzables en pesos corrientes.
- Ancla el resto de la cadena de financiamiento. Los bancos se fondean emitiendo bonos en UF y los inversionistas institucionales demandan activos indexados para calzar sus pasivos. Si el pasivo (dividendo) está en UF y el activo (bono) también, el sistema es coherente y líquido.
- Fomenta el ahorro de largo plazo. Desde la década de los 90 se masificaron depósitos a plazo, APV y seguros con ahorro en UF. En episodios de inflación —por ejemplo 2021‑2023— las familias pudieron resguardar poder de compra justamente porque el sistema estaba indexado.
UN EJEMPLO, ¿Qué implicaría eliminar la UF para la demanda de créditos y la vivienda?
Escenario simulado*
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Crédito 20 años en UF (tasa real 4 %)
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Crédito 20 años en pesos (tasa nominal 7 %)
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Variación
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Monto ejemplo: 4 000 UF ≈ $ 158 millones (UF = $39 500)
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24,2 UF/mes ≈ $ 0,96 millones
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$ 1,22 millones/mes
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+28 %
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*Estimaciones internas de RE/MAX.
- Un dividendo inicial más alto y acceso más restrictivo. La misma propiedad costaría al menos 25 %–30 % más al mes si se paga en pesos. Si además los bancos acortan plazos a 15 años —lo que muestra la experiencia internacional— el dividendo subiría casi 50 %. Esto haría que miles de hogares quedaran fuera de la “carga financiera” máxima que exige la banca.
- Menor demanda efectiva (solicitudes) y caída de aprobaciones. Se proyecta que, en los primeros 12 meses de una eliminación total, el acceso a hipotecarios podría contraerse entre 25 % y 35 % mientras el mercado contiene el riesgo e implementa nuevos contratos.
- Mayores tasas variables y más volatilidad para las familias. Para cubrirse, las instituciones probablemente ofrecerán tasas nominales ajustables ligadas al IPC o a emisiones en UF que sigan existiendo offshore. El riesgo inflacionario se trasladará al consumidor; si la inflación repunta, la cuota en pesos subirá sin tope.
- Posible desaliento a la inversión en vivienda y construcción. Al encarecer el crédito y elevar la incertidumbre sobre flujos futuros, la demanda por viviendas nuevas tendería a caer, afectando empleo y oferta.
- Percepción versus realidad. Es comprensible que algunos piensen que “pagar en pesos es más barato porque la UF sube”. Sin embargo, lo que sube es la inflación; la UF solo la refleja. En un escenario de precios estables, un crédito en UF y uno en pesos costarían lo mismo en términos reales. La diferencia es que, sin indexación, el banco cobra un premio ex‑ante para blindarse ante cualquier sorpresa inflacionaria. El resultado neto es un dividendo más alto desde el día 1.
En definitiva
Mantener la UF en los créditos hipotecarios permite cuotas más previsibles en términos de poder de compra y facilita plazos que hacen viable la vivienda propia. Eliminarla trasladaría el riesgo inflacionario al consumidor, encarecería los créditos y podría restringir el acceso de las familias de ingresos medios y emergentes.
La discusión de fondo no es “UF sí o UF no”, sino cómo mejorar la educación financiera y la competencia para que más chilenos entiendan los productos y puedan tomar decisiones informadas.
«El único instrumento real de ahorro para la mayoría de las familias sigue siendo el ladrillo. La UF valoriza esas propiedades y ha sido fundamental para que hoy en Chile tengamos más de un millón de hogares con crédito hipotecario activo». — Yuval Ben Haym
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